A través de una carta, comunicaron que «el Movimiento Amarillos por Chile, es un partido democrático y reformador que aspira a contribuir a que Chile sea una República organizada en base a los principios y mecanismos del sistema democrático representativo».
Amarillos x Chile comenzó este viernes oficialmente el proceso para convertirse en un partido político, a través de la recolección de las primeras 100 firmas y la publicación de sus principios.
Entre los políticos que respaldaron al partido con su firma se encuentran militantes históricos de la Democracia Cristiana, como Soledad Alvear, José Pablo Arellano, Álvaro Clarke Rene Cortázar, José de Gregorio, Gutenberg y Jorge Burgos.
Otras de las figuras políticas que apoyaron al movimiento, se encuentran los exsnadores Fulvio Rossi y Eugenio Tuma. A ellos se suman el exsecretario general de la DC, Moisés Valenzuela, el exministro Isidro Solis, el expresidente de Metro, Clemente Pérez, el exdiputado y Zarko Luksic.
A través de una carta, comunicaron que «el Movimiento Amarillos por Chile, es un partido democrático y reformador que aspira a contribuir a que Chile sea una República organizada en base a los principios y mecanismos del sistema democrático representativo».
«La democracia moderna adopta la forma de democracia representativa en que creemos, supone un Estado democrático y social de derecho; igualdad ante la ley; separación efectiva de los poderes públicos; autonomía del poder judicial; del poder legislativo y del poder ejecutivo; así como también de las instituciones autónomas; respetuoso de la libertad de expresión; y, la responsabilidad y el rendimiento de cuentas de quienes gobiernan», manifestaron.
Luego, indicaron: «Para avanzar de manera persistente hacia una sociedad más justa, libre, igualitaria y fraterna, propia de una democracia más exigente, el camino que propone el Movimiento Amarillos por Chile es el de la Reforma».
A la hora de observar a aquellas naciones que «han logrado mayores éxitos”, estos “se han desarrollado a través de reformas graduales y no a través de procesos revolucionarios«, dijeron.
Por último, reconocieron «la importancia del mercado como una herramienta indispensable para el desarrollo. Pero somos críticos de las visiones mercado-céntricas de corte ultraliberal, que plantean el empequeñecimiento máximo del Estado y de la sociedad civil, y consideran que todos los problemas de la sociedad se pueden resolver con lógica de mercado».