El alcalde de la comuna, Miguel Cárdenas Barría, después de mucho tiempo, tuvo esta noche la gentileza de enviar al WhatsApp del Director los avances de una encuesta, ni profesional ni mucho menos científica, con resultados favorables para él. Con conocimiento de causa, este tipo de sondeos por redes sociales, no medios oficiales, tienen un carácter oficioso, voluntario o simplemente mercenario, como se ha demostrado con el conocimiento de la comunidad desde hace décadas.
Intentamos decirle al señor Barría que nos explicara el valor que le da a esta encuesta que nos envió porque aparece levemente en ventaja.
No nos preocupa una encuesta no profesional y no científica; nos inquieta la actitud del alcalde de no dar la cara, de no responder, de tener asesores que sin respeto a la función periodística profesional, en lo que constituye la más clara muestra, una vez más, de sectarismo y discriminación respecto a su actuar; de la contumaz ignorancia de lo que es la comunicación pública, de relaciones públicas y humanas, y si no fuera ignorancia, un nivel de hipocresía en su gobernanza comunal, que sabemos comenzó a ser cuestionado desde el mismo día que asumió.
Lo anterior, para nada significa estar en contra de su nivel, calidad, eficacia y empatía en cómo, con dificultad o magistral gestión, ha pretendido exhibir, con sentido de claustro o simplemente acomodaticio, su forma de administrar la comuna.
Cárdenas y su equipo, que ni siquiera tienen la gentileza de responder, podrán ganar nuevamente en las urnas, pero no en la confianza comunitaria, que en ocasiones actúa con sentido de rebaño, mucho menos en la intelectualidad y cultura de agentes, ni políticos ni ideologizados, que podrían aceptar, claramente con renuencia o lapidar una gestión, aún no sujeta de calificación, por prudencia y decencia.
