Para nadie es un misterio el deterioro que ha experimentado la política a nivel global, panorama dentro del cual nuestro país parece estar a la vanguardia de tan triste proceso.
Para ello contamos con notables expositores que en los últimos días no han dado muestra de su incansable espíritu de superación en este sentido.
Desde nuestro presidente, que con la frivolidad e indolencia que lo distinguen hace pública una reunión con una banda de rock llamada Tool mientras los incendios asolaban el sur del país, siguiendo con una diputada que expone a su hijo recién nacido a una sesión en un hemiciclo con más de cien bocas expulsando gérmenes, hasta llegar a otra honorable que conduce su automóvil en estado de ebriedad y termina colisionando contra un árbol.
Semejante nivel de frivolidad y ordinariez, no es precisamente lo que se espera de nuestros representantes, máxime si estos son los mismos que voz en cuello y con métodos muy poco pacíficos decían que venían a elevar los estándares de la política nacional.
Si algo ha demostrado esta nueva generación de políticos es que son muy buenos prometiendo y a ratos mintiendo, pero muy malos gobernando y administrando.
Cualquier semejanza con la realidad local es pura coincidencia.
Post “estallido” nuestro país nada ha ganado en justicia social, en crecimiento económico, en educación, tampoco en salud, sin embargo hemos sido bendecidos por la nueva clase gobernante con grandes aportes de frivolidad y de vulgaridad.
Los invito a sentarse cómodamente en sus asientos y a disfrutar de los próximos números que nuestros gobernantes seguramente nos ofrecerán en los próximos meses.
Por: Juan Torres Lozano.
