En medio de duelo nacional, del mayor desastre país en 14 años, con familias devastadas por el fuego, aquí pensamos en un evento austero, en tanto los recursos para hacer está fiesta son mayoritariamente del Estado.
El festival de Viña del Mar, siempre un acontecimiento internacional, por décadas, presenta hoy para sur organizadores un enorme dilema.
Más allá de la polémica por la presencia del cantante, presuntamente apologista de las mafias del narcotráfico, los recursos, especialmente estatales que se gastará, no parecen estar en concordancia con el duelo de Chile, con el dolor de miles de familias sufrientes, devastadas, destrozadas por la catástrofe, cuyo epicentro mayor, precisamente, está en la Ciudad Jardín y en la vecina Valparaíso.
Desde medios de Comunicaciones y redes sociales han invitado a nuestros medios a sumarnos a la campaña para que no se realice este evento, en el marco de su magnitud habitual.
Si ya no van a suspender el festival de Viña entonces por lo menos transformenlo en un festival teletón para motivar a la gente a ayudar a los damnificados…
— Johannes Kaiser. Diputado por el distrito 10 (@Jou_Kaiser) February 5, 2024
Esa enorme cantidad de recursos, se estima, debieran ser derivados a la solidaridad con nuestros compatriotas que los han perdido todo, en el peor desastre desde 2010.
Su realización, a estas alturas, podría considerarse una frivolidad, atendida la catástrofe y como un sentido de solidaridad con los Miles de damnificados, con la propia comuna y ciudad devastadas y con el propio Estado, que, paradojalmente, necesita esos recursos festivaleros, para reconstruir y no festivilizar la catástrofe y el duelo nacional.
A estas alturas se trata de conciliar entre la razón y la sin razón, aunque no resulte popular.
Entonces, SÍ a un festival más austero y solidario.
En otras palabras, Viña 2024 debería transformarse en «CHILE AYUDA A CHILE», lo que sería más ético y moral, atendido lo expuesto.