24 de noviembre de 2024

Las políticas de inversión de los bancos de América Latina, encabezan la lista de credibilidad en ‘finanzas sostenibles’

●       Una encuesta realizada en 6 países revela una gran brecha entre las políticas de inversión y las expectativas de los clientes.

 ●       En Chile, la mayoría de los encuestados desean que sus bancos dejen de otorgar crédito a empresas que no cumplen con criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ASG).

●       Los ciudadanos están cada vez más motivados por abrir o mantener sus cuentas en bancos que tienen una historia positiva en finanzas sostenibles – justo cuando la movilidad de clientes está en aumento en América Latina-.

 Los clientes de bancos minoristas de América Latina, afirman que la política de inversión de su banco es el elemento más importante de sus credenciales en ‘finanzas sostenibles’, así lo refleja una encuesta realizada en seis países por Sherlock Communications.

 Cuando se les preguntó a los latinoamericanos qué esperaban de un banco que dice ser sostenible, el 43 % en toda la región dijo que tener claridad sobre la política de inversión del banco era crítica, más que cualquier otro elemento. Los chilenos encuestados fueron parte clave de la tendencia y más del 45 % reforzó la importancia de este ítem. Así como también, de ser este el factor preponderante en las afirmaciones de sostenibilidad de un banco, el 81 % de los encuestados de la región señaló que los bancos deberían informar sobre cómo utilizan sus fondos de depósito. No obstante, solo el 28 % de ellos percibe que sus bancos han proporcionado una información clara acerca de su inversión, mientras que un 9 % tiene la sensación de que los bancos comparten esta información oculta en numerosas fuentes de texto.

De acuerdo con la afirmación anteriormente mencionada, un 43 % de los chilenos consultados declara no tener conocimiento al respecto de la interna que maneja su entidad financiera, y le gustaría además, tener algún tipo de poder en la decisión sobre las inversiones que realiza su banco. A esto se suma un 23 % que manifiesta recibir información parcial, por lo que, reconocen que la transparencia deja mucho que desear en esta materia.

Este estudio muestra claramente que hay una gran brecha entre las expectativas de transparencia que tienen los clientes, y cómo los bancos realmente les están comunicando”, comenta Patrick O’Neill, socio gerente de Sherlock Comunicaciones.

Cuando se trata de qué deberían incluir las políticas de inversión de un banco, los latinoamericanos manifestaron un fuerte apoyo a políticas que impidan a las entidades financieras otorgar créditos a empresas con impactos sociales y ambientales negativos: El 83 % de los encuestados dijo que “las empresas que no tratan a las personas y el medio ambiente con respeto y dignidad, no deberían tener acceso a créditos”, mismo porcentaje (83 %) estuvo de acuerdo en que “las empresas que no respetan el planeta, su clima, flora y fauna” tampoco deberían ser aptas. Además, un 74 % de los ciudadanos declaró que “bloquear el crédito es una excelente forma de exigir un mejor comportamiento y compromiso por parte de las empresas, instituciones y organizaciones”.

Las cifras mencionadas y publicadas en el informe de Sherlock Comms, se ven directamente reflejadas en los intereses directos y con prioridad de los clientes, puesto que la gran mayoría de los latinos consultados estaría dispuesto a cambiarse de institución si supiera que están vinculadas al crimen organizado (80 %), desastres ambientales (79 %) y trabajo infantil (78 %). De igual medida, un porcentaje importante consideraría cambiarse de banco, si tuvieran algún nexo con algunas industrias tradicionales con malas prácticas.

Es el caso de Chile, en donde los sectores más cuestionados son: Industria armamentística (69 %), Compañías Petroleras (52 %), Deforestación (73 %) y por último, un 64 % estaría dispuesto a cambiarse si su banco invirtiera en la industria de plásticos desechables.

Según Pedro Gerhardt, Gerente de la consultora para la sostenibilidad, Kaapora Finance y autor de ‘Finanzas Verdes: Guía de América Latina para las finanzas sostenibles’, “Una proporción significativa de latinoamericanos opina que sus bancos deberían utilizar sus políticas de inversión para generar un cambio en el comportamiento de las empresas, no solo aquellas que claramente operan al límite de la ilegalidad, sino también las que están activas en industrias con un impacto ambiental negativo”.

En ese sentido, el panorama es auspicioso para los bancos que están adoptando y comunicando políticas de inversión alineadas a criterios ASG, ya que podrían beneficiarse de nuevos clientes, cuentas y flujos de depósitos. Un 62 % de los chilenos que contestaron prefiere que su dinero lo administre una institución que invierte en sostenibilidad e impacto social, el 81 % concuerda en que las entidades financieras deberían dar a conocer sus esfuerzos en la lucha contra el cambio climático y un 71 %, se cambiaría si conociera una entidad con premios y sellos de sostenibilidad.

Solo el 12 % de los encuestados dijo no estar interesado en transferir su cuenta a un banco con prácticas de sostenibilidad más sólidas.

La movilidad de cuentas ha aumentado en América Latina en los últimos años, impulsada por las fintechs e innovaciones enfocadas por la regulación en torno a la banca abierta y las oficinas de crédito positivas. Los días en que los grandes bancos minoristas en la región disfrutaban de cuentas de clientes ‘cautivas’ quedaron atrás, y esta encuesta muestra que los ganadores de esta nueva era de movilidad bancaria serán aquellos bancos que tengan políticas de inversión sólidas, y sobre todo, que puedan comunicar estas políticas de manera directa, clara y comprensible”, dice Gerhardt.

A lo que también, agrega que, “con la creciente deserción de clientes en toda la industria bancaria, el potencial de ventaja competitiva proveniente de las finanzas sostenibles solo será un punto que con el tiempo se vuelva más importante. Aquellos bancos que no abracen este desafío tendrán dificultades para mantener sus bases de financiamiento de depósitos”.