21 de noviembre de 2024

OPINIÓN | Avances y desafíos en el primer año de la Ley TEA

SEREMI de Salud, Karin Solís, sobre el primer año de la Ley 21.545 que establece la promoción de la inclusión, la atención integral y la protección de los derechos de las personas con Trastorno del Espectro Autista

A un año de la aprobación de la Ley 21.545 que establece la promoción de la inclusión, la atención integral y la protección de los derechos de las personas con Trastorno del Espectro Autista en el ámbito social, de salud y de educación, es necesario reflexionar respecto a los avances y desafíos que este documento legislativo ha significado para el sector salud.

El Trastorno del Espectro Autista se manifiesta en niños, niñas, adolescentes y adultos como una diferencia o diversidad en el neurodesarrollo típico, el cual se observa a través de dificultades significativas en la iniciación, reciprocidad y mantención de la interacción y comunicación social en los diversos entornos; también, en conductas o intereses restrictivos o repetitivos. La prevalencia ha ido en aumento durante los últimos años, destacándose como la segunda discapacidad del desarrollo más frecuente, después de la discapacidad intelectual. Se estima que 1 de cada 36 niños tiene TEA considerando hasta los 8 años, siendo una condición 4 veces más frecuente en varones.

Por lo anterior, amerita destacar que estas dificultades se pueden observar en distintas áreas y varía en cada persona; por lo que el primer trabajo a conciencia que nos mandata esta ley es, precisamente, la igualdad de oportunidades e inclusión social de las personas que posean esta condición.

En el sector salud, se han concretado avances que permiten una sospecha precoz, como la incorporación de un instrumento de tamizaje en el control de salud infantil en los centros de salud familiar ante señales de alerta en niños y niñas, así como también, la capacitación de diversos profesionales en la Región de Los Lagos permitiendo así el fortalecimiento de las capacidades clínicas para la sospecha y derivación médica correspondiente.

Desde la SEREMI de Salud, además, se han promovido instancias de cooperación mutua entre diversas Instituciones del Estado, que están directamente involucradas en el cumplimiento de esta Ley, para avanzar juntos en la inclusión de las personas en la condición del Espectro Autista, de acuerdo a las diversas necesidades explícitas por las familias cuidadoras, por sobre todo, en el sector salud y de educación.

Es imprescindible destacar el rol que han tenido las fundaciones y/o agrupaciones de familias cuidadoras de personas en el Espectro Autista, ya que han permitido visualizar las necesidades de los niños, niñas, adolescentes y adultos de nuestra región, así como también, fomentar el compromiso político ante la ley y sus alcances.

Para este año, un desafío fundamental es mantener la colaboración entre los distintos servicios públicos, con el fin de lograr exitosas intervenciones en los diversos espacios donde se desarrollan las personas con Espectro Autista, así como también, puntualmente en el sector salud, donde nuestro foco como Autoridad Sanitaria está puesto en revisar y monitorear las acciones que dirigen los centros de salud respecto a la rehabilitación e intervención temprana de los niños, niñas, adolescentes y adultos.