Loreto Kemp. Presidenta Regional Evópoli Los Lagos.
Hoy, Venezuela vota. En medio de las sombras de la opresión y las amenazas, los venezolanos acuden a las urnas emocionados, con la esperanza en sus corazones. Pese a las trabas, ilegalidades y amenazas de un dictador que promete un baño de sangre si no gana, la valentía del pueblo venezolano resuena con fuerza.
Sí, es verdad que Venezuela sufre bajo una dictadura que ha obligado al exilio a más de siete millones de ciudadanos y ha destrozado el estado de derecho, la democracia y la libertad de expresión. Un régimen que ha sometido a todos los poderes del estado bajo la amenaza. Hoy, el poder judicial y legislativo están en ruinas, y solo queda un dictador al mando, acusado de la muerte de casi siete mil opositores en los últimos años.
Pero en medio de esta oscuridad, surge una luz de esperanza. Pocas veces en la historia de la defensa por las libertades hemos presenciado algo tan emotivo e inspirador como la gira de María Corina Machado por Venezuela. El cansancio de millones de venezolanos ha dicho basta. Los ciudadanos venezolanos residentes en Chile, amigos, me han contado cómo esperan hoy reunidos con mucha esperanza que los resultados sean los que han vaticinado todas las encuestas: que el candidato opositor Edmundo González gane por una ventaja abrumadora sobre Maduro. En una democracia garantizada la oposición arrasaría con una mayoría indiscutible. Maduro y los dirigentes del Partido Socialista Unificado de Venezuela lo saben, y es la razón de las trabas y amenazas..
Ha sido profundamente doloroso para los venezolanos escuchar el silencio cómplice del gobierno chileno ante los atropellos criminales del régimen de Maduro. El presidente Boric no ha ocultado su simpatía y orgullo cínico de apoyar al gobierno chavista promoviendo la revolución Bolivariana y que estos mismos cuando se instalaron en el Congreso fueron los causantes de las trabas en materia legislativa que impidieron reformas específicas para abordar cuellos de botella de carácter normativo y propuestas necesarias para impulsar el crecimiento, y mejorar la calidad de vida de los chilenos, especialmente de la clase media.
Es importante recordar en un día como este, que nuestro país enfrentó sus propios desafíos democráticos recientemente. Los chilenos despertaron y rechazaron con su voto la erosión de su democracia e identidad. Pero ante esta fragilidad de un país que responde de forma polarizada, debemos mantenernos vigilantes para proteger lo que debería ser lo más preciado que tenemos, pero que la izquierda radical no valora y desprecia.
Hoy, más que nunca, sabemos que la democracia y la libertad deben ser defendidas constantemente. Extendamos nuestra solidaridad al pueblo venezolano, reconociendo que el esfuerzo por la libertad de uno es el esfuerzo por la libertad de todos.
Que el coraje de los venezolanos inspire a todos los hombres y mujeres del país a no rendirse nunca ante el populismo, y ante las ideas románticas y poco sostenibles. Informados, podemos volver a tener un país donde la democracia, las oportunidades y la justicia prevalezcan.
